ofrece tres tipos de juego distintos,
pero también lo es que difícilmente se puede considerar un Triple
Deluxe, ya que dos de ellos son apenas esbozos, pequeños guiños sin
apenas entidad propia que sirven más bien de complemento a la aventura
principal. Así pues, tendríamos un Kirby Deluxe
con dos pequeños acompañamientos, aperitivos o postres, puestos ahí
para cambiar un poco de aires de tanto salto y poder aspiradora.
El núcleo de Kirby Triple Deluxe es un juego de Kirby de toda la vida.
Tenemos a nuestro alegre bola rosa que tiene que atravesar mundos
llenos de enemigos. Niveles coloristas, llenos de alegría y detalles
monos en cada esquina. Kirby sigue teniendo de su lado su poder básico:
la capacidad que tiene de tragarse a los enemigos y asumir sus poderes.
Así, tenemos un buen puñado de transformaciones que cambia totalmente la
forma de enfrentarse a los niveles, incluso condicionando la
consecución de ciertas metas dependiendo de un único poder.
Tenemos de todo: Kirby de fuego, Kirby de hielo y
Kirby de rayo son tres de los poderes básicos que vuelven, pero también
tenemos al Kirby ninja, Kirby luchador y Kirby espadachín, Kirby rueda,
Kirby arquero y Kirby lancero. Como nuevas incorporaciones están el
Kirby campana o el Kirby escarabajo, que aportan nuevas formas de lidiar
contra los enemigos. Para avanzar por las partes principales del juego
hay completa libertad de poderes, podemos ir tanto con unos “prestados” o
con el Kirby básico, pero en ciertos momentos sí que se hace necesario
tener uno específico equipado para acceder a ciertos extras, como una
Piedra Solar escondida o un llavero oculto.
Estos dos elementos son los coleccionables de Kirby Triple Deluxe,
esos que si te faltan no puedes decir que te has hecho el juego al
100%. Cada escenario tiene un número variable de Piedras Solares
escondidas. Es necesario un número mínimo para abrir la lucha final de
cada mundo, así como para descubrir mundos secretos. Los llaveros son
una aportación mucho más lúdica, estando en todas partes y formando
parte de una colección que repasa a Kirby y sus enemigos a lo largo de
su trayectoria, que ya va para 30 años.
Por ejemplo, puede ser necesario tener los poderes de Kirby
de fuego para derretir unos bloques de hielo, o tener el martillo o
poder convertirse en roca para aplastar un interruptor. A lo mejor es
necesario disponer de una lanza o un arco para poder atacar a unos
bloques que están vertical y acceder a una zona secreta. Siempre que se
de una de estas situaciones, tranquilos, el disfraz para acceder a ese
secreto está por las inmediaciones y sólo hace falta explorar un poco
para conseguirlo. En última instancia, repito que de esta forma sólo se
pueden conseguir elementos accesorios, no principales, así que nunca os
encontraréis atrapados por no tener el disfraz correcto.
Sí que hay que hacer mención a una transformación especial, la de Kirby Supernova, la gran novedad de este Kirby Triple Deluxe.
De vez en cuando aparecerá un árbol con una fruta multicolor que nos
convertirá en un Kirby con una capacidad desmedida de absorción. Con
este poder activo no habrá enemigo que se no resista y seremos capaces
de interactuar con el entorno, afectando a grandes estructuras. Esta
transformación es especial, no la perdemos si somos golpeados con un
enemigo, y permite poner al jugador en situaciones inéditas en los
juegos de la saga, como en los espectaculares enfrentamientos contra
jefes finales.
Kirby Supernova, además, permite apreciar de verdad cómo funciona Kirby Triple Deluxe
desde el punto de vista gráfico. Con las 3D activadas, el juego gana
muchos enteros en este apartado, ya que la acción cambia constantemente
de plano. Puede haber enemigos en el fondo de la pantalla que nos
ataquen, que tengamos que usar estrellas especiales para ir delante o
atrás para seguir avanzando o que los antes mencionados poderes de Kirby
Supernova afecten al escenario absorbiendo parte del escenario de fondo
y colocándolo en primer plano para continuar.
Hay ciertos efectos visuales que realmente son efectivos y llamativos,
como cuando toca enfrentarse a un enemigo final que viaja entre los
planos de acción y tenemos que perseguirle, o cuando obstáculos del
camino parece que se salen de la pantalla. No vamos a decir que es
espectacular, pero desde luego que aprovecha mucho mejor que otros
juegos de Nintendo 3DS los usos de las 3D estereoscópicas y le dan un sentido más allá del estético.
Así que tenemos por lado unas cuantas novedades para Kirby Triple Deluxe,
pero estas novedades no afectan en absoluto a la estructura y
planteamiento básicos de la saga. ¿Qué significa esto? Pues que estamos
ante un plataformas muy accesible, sencillo, que no dará demasiados
quebraderos de cabeza a los más inexpertos y que los veteranos serán
capaces de pasarse en un par de tardes al 100% sin mayor esfuerzo.
Y ahí reside la mayor virtud y el peor defecto de este nuevo Kirby, que
por una parte es un buen título introductorio a la saga y los
plataformas, pero resulta demasiado continuista y no
sorprende, salvo en momentos contados. Demasiado sencillo, demasiado
corto, una experiencia efímera y similar a otros juegos de la saga. La
nueva aventura de Kirby no está inspirada y sabe a poco. Y lo malo es
que no te quedas con ganas de más, no le sobra ni le falta nada. Es el
juego que es, pero se queda a medio camino e insatisface al jugador
avezado, haciéndolo sólo apto para los novatos.
Por supuesto que ahí están los otros dos modos de juego para alargar, artificialmente, la vida de este cartucho. El primero de ellos viene a ser una especie de Super Smash pero con Kirby como
único protagonista. Se escoge una de las múltiples transformaciones de
Kirby para luchar en escenarios contra otras tres réplicas del
personaje. El objetivo es acabar con la barra de vida de todos ellos en
un “sólo puede quedar uno” en medio de escenarios de lo más variopinto.
Este juego de lucha tiene varios niveles de dificultad y su “modo
campaña” cuenta con media docena de enfrentamientos diferentes, que
proponen diferentes retos. La dificultad de los enfrentamientos es
creciente, pero tampoco os esperéis un juego técnico y desafiante aquí.
Kirby Triple Deluxe sigue siendo un juego accesible y sencillo hasta en
los minijuegos, le falta chicha y más variedad en los objetos que van
apareciendo o más frescura en los escenarios. Es como comenté a
principios del análisis: no es un juego con entidad propia, sino un
añadido.
En la misma línea está el tercer y último juego de Kirby Triple Deluxe, una especie de plataformas musical
protagonizado por el Rey Dedede. Imaginad una hilera de tambores en los
que ir rebotando, esquivando enemigos y recogiendo monedas. Dedede
rebotará de forma normal en los tambores, pero si pulsamos el botón en
el momento justo, saltará más y más alto.
La idea es avanzar al ritmo de la música, saltar siguiendo la melodía y
llegar al final de la fase sin fallar, cogiendo todas las monedas y sin
sufrir daño de los obstáculos que van apareciendo. Este minijuego tiene
también varios niveles de dificultad, que consisten en una carga cada
vez mayor de obstáculos y en más velocidad en la música, a fin de
propiciar el cometer errores.
Al igual que ocurre con el juego de lucha, estamos ante un pasatiempo,
no un juego en sí mismo. Es simple, corto, sencillo, aunque menos que
los otros, y no demasiado adictivo. Es una comparsa que se vuelve a
quedar corta y permanecerá como un intento de ofrecer algo diferente,
pero que no consigue tener recorrido propio como para ser considerada
más allá de un par de partidas.
Kirby Triple Deluxe se desvela así como un trabajo que
sirve para rellenar un hueco en el calendario. No pasará a los anales
de la historia de los juegos, ni tampoco será uno de los mejores juegos
de Nintendo 3DS, pero cumple su función introducitoria al mundo de los
plataformas. Es sencilo, accesible y, sobre todo, es muy bonito,
colorista, lleno de incocencia y de buen humor, algo que Nintendo domina
a las mil maravillas. Habrá que esperar a que el equipo de Kirby esté
más inspirado para la próxima vez, a ver si nos sorprenden con otro Epic
Yarn.
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