Ciudades del Mañana es la primera ampliación de pago de SimCity, el simulador de ciudades de Maxis, que ha tenido uno de los inicios más accidentados que se recuerdan en un videojuego. Después de unos fallos de servidores bastante gordos y de un importante número de actualizaciones, algunas para arreglar problemas causados por la anterior actualización, por fin se puede decir que estamos ante un juego completamente nuevo y que se puede jugar sin incidencias.
Con esta primera ampliación de contenido de pago tenemos un puñadín de nuevas opciones que giran alrededor de la temática del futuro. Un futuro que, como siempre pasa en SimCity, está en nuestras manos. Nuestro poder onmisciente, otorgado el día que asumimos la alcaldía, nos permite gobernar a nuestro antojo la vida de nuestros ciudadanos. No obstante, hemos levantado esa ciudad de la nada y nos deben hasta el aire que respiran, no importa si es puro y limpio o contaminado.
Sim City: de Naboo a Blade Runner
La misma Maxis anuncia SimCity: Ciudades del Mañana con el maniqueísmo de las dos opciones futuristas: la utopía ecológica y el dominio de las multinacionales; La Academia contra Omegaco. La primera equivaldría a un futuro pacífico, con ciudades blancas y luminosas, limpias y eficientes. Desarrollar por completo la segunda es como meterse en los barrios bajos del Los Ángeles de Blade Runner, con sus enormes anuncios llamativos, pasión por el consumismo y en el que sólo hay una norma: el dinero.
Claro que hay un término medio entre Xanadú y Sodoma (los nombres de mis ciudades). Podemos picotear un poco de aquí, otro poco de allí y acabar con una ciudad que tenga un poco de cada: Coruscant. Desgraciadamente, SimCity no premia a los indecisos, sino que el potencial de Ciudades del Mañana se alcanza optando por una de las dos vertientes, tanto desde el punto de vista de ventajas como del estético. Ambos estilos arquitectónicos son bastante irreconciliables, aunque podemos crear estas dos ciudades en el mismo escenario y complementar una gran civilización.
Dentro de La Academia podremos desarrollar mejoras energéticas (siempre teniendo en cuenta el medio ambiente), una especie de Internet, purificadoras de agua o estableciendo un monorraíl futurista para nuestros ciudadanos. El principal recurso de este estilo de vida serán las clases altas, por lo que tendremos que tener una ciudad con un alto nivel de vida (y más cara de mantener). Omegaco (en mi cabeza yo la llamo Omnicorp) es una empresa que crece con la explotación de recursos como carbón y petróleo y que su único interés es crear franquicias por toda la ciudad, a fin de ganar más y más dinero. Claramente, la primera opción se complementa con las especializaciones del ayuntamiento de Educación y Servicios de SimCity, mientras que la otra podría encasillarse más en las de Finanzas y Turismo, en convertir nuestra ciudad en una enorme atracción.
La otra gran novedad de Ciudades del Mañana son las Megatorres, edificios gigantescos que funcionan como entes independientes y que, en el fondo, son como pequeñas ciudades. Hay viviendas, centros comerciales, puestos de trabajo y podemos comunicar una Megatorre con otra para favorecer el movimiento de sus habitantes. La característica de estas Megatorres es que tendremos que hacerlas crecer piso a piso y, al final, rematarlas con una corona, que puede ser desde una enorme montaña rusa hasta un generador de energía solar para convertir a este agujero negro energético en una construcción más sostenible. Sin embargo, estas Megatorres acaban quedándose algo cortas. Muy espectaculares de ver, pero sobre el papel no albergan a tantos habitantes ni generan tanto dinero para lo que cuestan de mantener.
Como habréis podido adivinar, todas estas opciones no aparecerán hasta haber comenzado un poco la partida, no están disponibles desde el primer momento, sino que se trata de una especie de actualización destinada a evolucionar nuestra ciudad de forma final. Eso sí, si hace mucho tiempo que no jugáis a SimCity, encontraréis multitud de nuevas características para el juego derivadas de sus 7 anteriores parches de contenido, como nuevas opciones de transporte y educativas, mejor gestión del tráfico y alguna que otra zona nueva.
La sensación que queda después de echarle un buen puñado de horas a SimCityCiudades del Mañana es que las opciones son demasiado escasas, sobre todo para el precio que cuesta. No hay muchos elementos nuevos y estos son completamente opuestos. Las nuevas características de transporte y educación se quedan también algo escasas y, en definitiva, en un par de ciudades nuevas habremos visto casi todas las novedades que trae.
Eso sí, siguen sin tocarse algunos de las quejas de la comunidad, como el tema del minúsculo tamaño de las ciudades (apartado que ya se ha confirmado que no se puede tocar sin comprometer todo el sistema) o el tráfico, que sigue dando problemas, así como la escasez de zonas de desarrollo y el que el modo para un solo jugador siga sabiendo a poco
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